Things change. But some don't, like you

Ya llevaban un tiempo ya en el que ella ni siquiera le dirigía la palabra y él hacía como si su vida siguiera tan energicamente ocupada como siempre, pero la verdad no era así. Literalmente le daba una puntada en el estómago pensar en lo sucedido entre Marlene y él. Podía afirmar sin dudar, ahora que no la tenía cerca, que se había enamorado como idiota de ella y que dolía, y como dolía, que ella ni siquiera lo mirase al pasar.

Si no fuera por que trata de pasar el mayor tiempo posible con gente, estaría deprimido hasta dar pena. Y eran esos momentos de soledad donde se fumaba un cigarrillos y meditaba sobre la vida, en donde le llegaban esos achaques de tristeza y se ponía a pensar en lo idiota que era por haberla perdido.

Bota el humo de su cigarrillo, mirando la nada como si tuviera algo realmente interesante. Amando y odiando al mismo tiempo esa cochina soledad.

Marlene habìa estado la mitad de sus vacaciones con sus tios y primos en Australia, donde residìan los Hale Scott y habìa tratado de no pensaar en volver hasta que supo que no podrìa estar sin su familia, Kellan y Zetheryam la habìan llevado de aca para alla y la habian animado mucho pero no se sentia en casa ni con los postres de su tia Ashley. Dos semanas y comenzarian las clases nuevante y ella estaba de vuelta en la academia, lo loco era que no hubiese ruido ni gritos ni amplificadores a todo volumen. La musica habia pasado a la historia y se paseaba por los pasillos con su guitarra en su funda a la espalda, muchas veces con su hermana Elys, otras mas con Jake.
Esa mañana nadie la acompañaba, porque habìan ido a cenar a casa de sus padres y ella se habia excusado de tener una reuniòn con una discografica o algo asi, no sabia si se habian creido el cuento pero le valia, necesitaba un momento a solas, vestida solo con la camisa escosesa larga de Jacob despues de haberse despertado la rubia se habìa hecho una coleta alta y habìa caminado a los balcones con la esperanza de que no hubiera nadie allì, Su esperanza se vio frustrada al instante que el sol diò de lleno su rostro y su mirada se encontrò con el moreno de espaldas.
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Pasa su mano izquierda por sus ojos, masajeándoselos, como si estuviera muriendo de cansancio despues de una noche en vela. - Joder, Marlene....- murmura, aunque su susurro se escucha alto en aquel lugar. Ni siquiera sabe que ella está atras suyo, con mucha suerte habrá escuchado que alguien o algo entró al lugar.

Ya, necesitaba con urgencia que alguien apareciera y lo hiciera despejarse. Realmente eso de estar enamorado era un martirio si la persona amada quiere verte lo más lejos posible.

Su celular suena y la foto de Sonyboy se asoma por la pantalla. Duda en contestar.

Al verlo siente ganas de llorar, y da un paso atras tomandose de las cortinas, al escuchar claramente su nombre levanta una ceja y vuelve a mirarlo, no, seguramente fue una alusinaciòn de las suyas porque ciertamente èl ya no la querìa màs, los rumores volaban en la academia y las malas lenguas eran venosas como culebras.

Se aclarò la garganta al ver que tenia el celular en la mano y caminò cautelosamente hasta pararse a su lado, tomada de la baranda mirò hacia abajo y trepo una de las rejas sintiendo el frio contacto de estas con sus pies descalzos.

Un carraspeó le puso un pie en tierra. Volteó y su boca se entreabrió apenas, dejandole una sutil imagen de idiota frente a ella. Es que realmente no esperaba estar en el mismo lugar que ella, mucho menos respirando el mismo oxígeno. La chusma de la academia le recordaba diariamente, supuestamente, que ella prefería verlo a varios metros de distancia.

Contestó su celular sin quitarle la mirada de encima. Carolinne le recordaba que más tarde decía cuidar de Zero. Con suerte contestó un "ok" antes de cortarle.

El ambiente estaba asquerosamente tenso entre los dos. Y el la seguía cagando. No le quitaba la mirada de encima. Se acerca apenas y se sienta en la baranda, sin miedo de caer pero si de estropear aún más todo entre los dos.- Hola, Mar...lene .- murmura cortado.

Ya habia ido hacia allì y las ganas de escapar hacían que se sintiera mareada, lo había evitado demasiado tiempo, siempre haba algún tercero que la miraba mal, como con lastima o quizás rabia que no habia podido hacerlo antes.

- Kyo.. - murmurò bajito mirando los dedos de sus pies moverse sobre la reja, como si fuera lo mas interesante del mundo, lo dejo hablar por el movil, lo dejo subirse y sentarse allì y tambien dejò que las palabras salieran solas y como torrente. - Realmente no me acuerdo proque peleamos, estabamos a punto de hacer el amor y me enojè, tu te acuerdas? Sabes una cosa, yo voy a amarte siempre, aunque estes con mil mujeres, puede que no sea tuya y ellas no quieran compartirte, pero solo quiero que lo sepas.. - le dijo suavemente, con esa inocencia tan cruda de haber escuchado a las vìboras del Instituto insistir con eso.

Frunció el ceño comprendiendo muy poco de todo lo que acababa de decir. Aunque lo importante lo escuchó bastante claro. Ella seguía amandolo. Jodeeeeer, esa sensación de calma lo recorre entero. Hasta tiene ganas de reírse. ¿Que si se acordaba que rayos había pasado?, ni un poco.

Yo....no...estoy con nadie desde que terminamos .- murmura lento, desvíando la mirada sin entender demasiado la situación en sí.- Ni tampoco estuve con nadie más que contigo mientras estuvimos de...ya sabes, de novios.- carraspea, mordiendose el piercing del labio.

Lo que acaba de admitirle es de no creer siendo él, pero había un brillo en su mirada, uno muy extraño. Sin duda era la sinceridad asomandose.

Al igual que su padre al hablar ella no escucha a los demas, por lo que si se habia largado a hablar no pararìa hasta que el comprendiera lo que le estaba queriendo decir. Se bajò de las rejas y tomò la mano de èl para hacer que tambien lo haga.

- Lo que quiero decir es que.. yo no puedo reterte si no me quieres, eres libre de estar con quien quieras, si no quieres verme màs puedo irme a vivir con mis tios y no moletarte, porque soy.. soy molesta algunas veces, Jake lo dice siempre, y grito mucho y tu, tu.. solo quiero hacer una cosa antes que nada.. - la rubia lo mirò con los ojos aguados y se inco hacia èl dejandole un pequeño beso en los labios, diò un paso atras y saliò corriendo.

Como amaba esa faceta de mierda que tenía ella de sacarse todo lo que tiene y no escuchar a nadie. Ama esa verborrea. Sonríe de costado tratando de entender todo lo que le está diciendo, hasta parece que se burla de ella. Y ni hablar del beso que acaba de darle y como echó a correr como si hubiera hecho algo malo.

Por suerte Kyo juega fútbol los fines de semana, si no no podría correr tan rápido y atraparla por la espalda a los pocos metros en el pasillo del piso superior.

Si hubiera querido estar con todas las chicas de la academia lo hubiera estado, pero creo que por algo te pedí que fueras la única, mi novia. ¿Sabes lo complicado que fue perdite que lo fueras?. Fue un momento etico-moral importatisimo.- Exagera al hablar, sobre todo cuando habla de etica y de moral, algo de lo que carece completamente.

No debiò decirle eso, no debiò haberlo besado, ahora quien lograba parar su desenfrenado corazon al romperse por completo, el suelo se le hacia helado, tanto que quemaba mientras corrìa por el pasillo, necesitaba su ihalador con urgencia y tirarse aun pozo ciego de una vez por todas, las lagrimas caian como cascadas por sus palidas mejillas mientras su respiraciòn era irregular y acelerada. Los brazos de Kyo la sujetaron, pudo escucharlo a la perfecciòn mientras lloraba con fuerza en su pecho, acurrucada en èl con terror de que sus palabras solo vnieran de un sueño. Se autoventilaba, puchereaba, estaba a punto de cerrarsele el pecho de la angustia. - No... no.. me dejes.. - susurrò como pudo.

Pareciera que hace menos de un día se hubieran enojado, era como si el tiempo no pasase. Siendo que llevaban "peleados" uno meses, largos sin duda. Una tortura que ahora parecía no existir. La abraza demasiado fuerte mientras ella le pide que no la deje. No tiene siquiera que decirlo, no lo hará.

Te extrañé ...- susurra de repente, mientras le limpia las lágrimas.- No tienes idea de como de extrañé, Mar. En serio doy pena, por que sin tí joder a la gente no era lo mismo ...- pese a su poco seria confesión, le está diciendo la verdad. Besa despacio su frente.

Para ella aquella declaración era la más romántica que había escuchado, puchereó en sus brazos mientras lo abrazaba buscando algo de aire para llenar sus pulmones. Se arrodillo en el piso donde estaban ambos y tomó su rostro entre sus manos sonriendo entre lagrimones.

- He escuchado que te has divertido, como es esto Kyo? - preguntó frunciendo el ceño ligeramente, la verdad es que no podía seguir enojada así con él, si es que estuvo enojada en algun momento, cosa que ni se acuerda porque fue. Los intensos ojos cielo de la rubia lo miraron fijo esperando su respuesta.

Divertido....asi como, que bruto que divertido está Kyo, no... - empieza a contestarle desvíando la mirada. Por supuesto miente. Hizo lo mismo que siempre para despejarse. Vago por las discos, bebió como si estuviera hecho de esponja, pero en ningun momento la diversión tocó su puerta.

La mira con falsa inocencia, queriendo molestarla. No se esperaba menos viniendo de él. Le robó un beso mientras miraba cualquier cosa y luego la soltó echando a correr. Joder, estaba contento!.