Be strong -

- L i b r e -

Su gemelo se había ido a no sabía donde, Ian estaba disfrutando de su matrimonio con Kidara y Maythe estaba ese fin de semana con su novio francés, Athan. Exceptuando Donnovan todos sus demás hermanos lo habían invitado a pasar el fin de semana, nadie era muy devoto de dejarlo mucho tiempo a solas. Lheon era el débil de la camada, siempre lo habían visto así por más que no lo dijeran. Lheon era el enfermo, el que necesitaba que lo protegieran, el que no podía con su vida. Odiaba ser así, odiaba ser tan incompleto fuera de su lugar. El único sitio en el que podía realizarse era sobre el escenario cuando bailaba. Allí no habían nervios, ni recuerdos, no había nadie más que una estrella, la suya.

Con esa necesidad pulsándole bajo los pasos caminó hacia el auditorium, la música ya vibraba dentro suyo llamándolo a cumplir. Debía hacerse.

Su padre lo habia dicho alguna vez, la audiciòn que debia hacer si queria entrar a la academia de su tio Koda no seria como cualquier otra, esa tipo tenia una personalidad extraña, misteriosa, pero le gustaba, no era el tìpico director recto o la estirada bailarina clàsica. Le habian sumado puntos al lugar que a ella le hubiera gustado pero tras bambalinas era otra cosa.

Estaba sentada en el suelo detras del escenario, maravillada de los trajes de baile a un costado de los vestuarios, todos eran hermosos y seguramente los utilizarian alumnos muy avanzados, se mordiò el labio, nadie tenia pporque enterarse. La castaña se terminò de colocar la balerinas y saltò delicadamente para tomar el tutu que creia reconocer tan parecido a aquel que utilizaba Natalie Porman en el Cisne Negro que terminò por convencerla. La mùsica habìa comenzado a sonar pero no era ella quien la habìa prendido. Se meterìa en un problema si algun profesor la viera urgando entre las cosas privadas, Se asomò apenas por las cortinas y observò como un muchacho bailaba en el centro de espaldas a ellas, lo que màs le sorprendiò fue que fuera Lheon, no le gustaria nada si se enteraba que lo estaba viendo, cerrò de golpe las cortinas y fue tan apresurada que su mala suerte le jugò una buena pasada, la extensa tela cayo cubriendo gran parte del escenario y claro esta, sobre ella.

Había ido a donde las consolas y había subido la música hasta niveles insanos. Lheon no quería escuchar nada más que no fuera la música que guiaría sus pasos. Sería la primera vez que él bailara en muchísimo tiempo, demasiado quizá. La espectativa lo tenía excitado, esa mañana se había levantado con la firme convicción de ponerse a prueba nuevamente. No quería público porque no soportaba aquello pero el hacerlo solo estaría bien. El moreno había comenzado a calentar para luego de media hora empezar con pasos básicos moviendo ligeramente los brazos y piernas.

Cada movimiento era plástico e impecable, estaba lleno de una amarga pasión que hubiera hecho llorar a más de uno. Uno de los telones menores se vino abajo a sus espaldas a unos cuantos metros pero él no oyó ni un ruido sino que continuó bailando, sintiendo como el sudor comenzaba a perlar lentamente su frente. Lheon giró en el aire y volvió a caer de forma limpia mientras danzaba allí en su supuesta soledad. Su gemelo Ian seguro se hubiera puesto muy feliz de verlo así, bailando con la cadencia de antes, de cuando viviía.

La castaña gateó hasta poder salir de debajo de las pesadas cortinas, con el traje quel aquello era una dificil tarea pero nunca imposible. La música ya estaba demasiado fuerte y el moreno seguía en su baile como si no hubiera pasado nada. Se quedomaravillada al ver los movimientos de él, sentada enel piso, aquella música lo llenaba todo y el hombre en el escenario no parecía el mismo que había visto unos meses antes sobre un árbol como un mono. Le producía cierto estremecimiento de tan solo verlo.

Muydespacio Elle se puso de pie y comenzó a danzar lentamente, lejos de él para no molestarlo, no sabía como reaccionaria al verla en la Academiapero lo que si estaba segura es que no seria para bien. La última vez había terminado llorando por ese caracter hosco y solitario de él.

El moreno se movía sin pensar ninguno de sus pasos, dejaban que entre ellos se acomodaran como debían y dejaba que su instinto mandase sobre él com no lo hacia en mucho tiempo. El primer asalto terminó y lo encontró agitado pero feliz al tiempo que todo eso moría cuando Lheon encontró otra cosa. Una persona. Sin pder evitarlo se quedó de piedra allí donde estaba parado ¿qué hacia ella allí? ¿cómo había entrado si el lo había cerrado con llave? El moreno se quedó muy quieto, a unos cuantos metros de la castaña sin poder decir ni hacer nada que no fuera mirarla. Lheon se despeino un poco el cabello antes de dar dos pasos hacia atrás.

¿Por qué no podía tragárselo la tierra? Era obvio que ella lo había visto todo. Lheon pasó saliva, las cosas no eran lo que él esperaba. Menuda porquería lo que le pasaba. La música sonaba de nuevo pero él no poodía moverse de su sitio, estaba paralizado.

Al fin su tobillo estaba en optimas condiciones para bailar, despues de ese mes de reposo por el maldito golpe en el circo Mirellepodía hacer lo que realmente le apasionaba, dejarse llevar con la música, delicadamente dió un giro al terminar esa pieza, había comenzado tarde. Suspiró sonriendo mientrasl e daba la espalda pero al voltearse lo observó mirarla con la expresión aquella de asombro.

-Tranquilo.. no he visto nada.. - murmuró alverlo caminarhacia atras, lo que menos quería es que sufriera otra recaida por su culpa. - De verdad Lheon, no he visto ningún error, eres magnífico.. - realmente no podía mentir, lo que él hacia era algo mágico y debería estar ya en algun espactáculo y no en una simple escuela. Elle sonrió levemente mientras se acercaba y dejaba un beso en su mejilla, tan espontanea como no podía dejar de serlo.

La mirada del moreno se clavó en Mirelle sin decir ni hacer nada. No podía creer que ella estuviera allí también y que para colmo lo hubiera visto bailar. Se sentía terriblemente expuesto, como si estuviera desnudo delante de ella. Los ojos de Lheon se volvieron de un azul frío y lejano, él no quería público, mucho menos a ella como su público. Las palabras de Mirelle hicieron que él se sonrrojara violentamente y desviara la mirada a un punto en el suelo que no le interesaba pero que resultaba mejor que enfrentarla a ella.

- No bailo en público..- dijo sintiendo la garganta reseca y las palabras pesadas en la boca. La lengua del moreno era una pastosa molestia dentro de su boca que no hacia más que estorbarlo. ¿Por qué ella tenía que estar allí? ¿Por qué no podía quedarse en el Midnight? ¡Qué terrible ese encuentro! Las tripas de Lheon se apretaron dolorosamente para luego volver a relajarse y contraerse de a intervalos.

Lo sabía,dentro suyo lo sabía,él no bailaba en público, no hacíanada en públicopara ser más exactos. Rodó los ojos comosi aquello le pareciera una broma, laúltima vez que se habían visto habían estropeado todo con eso de la salida a la montaña pero no había sido del todo malo.

- Yo tambien te he hechado de menos D' Lioncourt.. - contestó en voz baja, se habíaalejado lo suficiente como para que él tuviera su espacio, no pensaba molestarlo, aquello no había sido un buen reencuentro, hasta parecía disgustado.

ÉL siempre parecía disgustadio, con una cosa o cn la otra pero nunca parecía muy feliz con la vida que digamos. El moreno suspiró y se dsarregló un poco más el cabello antes de sentarse en el piso del escenario para quedarse allí a estirar. Lo mejor sería que saliera de alli y fuera a por una ducha fresca para luego irse al centro a pasear por ahí a ver si encontraba alg menos estresante que Mirelle y esos ojos suyos que lo observaban siempre como si quisiera estar cerca o algo así.

Le gustaba la academia, y aquel salón mucho más, el escenario era perfectamente liso paro los pasos de baile, con la música apenas tenue la castaña caminó en puntillas por allí sin interrumpirl o que quisiera que él hacía. Había escuchado que harían una nueva versión del lago de los cisnes muy pronto, y la profesora había colgado ya los nombres en una hoja al costado del escenario.

Frunció el ceño, si él no estaba acostumbrado a estar expuesto ni a bailar ante la gente aquel puesto no le gustaría del todo. - Puedes venir un segundo Lheo.. - lo llamó suavemente, leyendo el nombre de su personaje, Sigfrido.

Claro que no quería público y no quería hacer aquello y ya estaba pasándolo bastante mal por culpa de la madre de su hermano Ian, Katherine. Ella había hablado con su tía Gaia y ambas habían decidido que lo mejor para él era retomar su carrera y que eso seguramente le ayudaría a no sabía que cojones. La verdad es que ellas estaban mal de la mente, ambas dos.

- Antes de que digas nada Mirelle, me están casi obligando a hacerlo...- dijo sin dejar sus ejercicios sabiendo que era lo que ella quería decirle sin que siquiera lo dijera. El castaño retuvo el aire antes de soltarse y aflojar su cuerpo.

Eso debería ser feo, de verdad, obligarlo a hacer algo que no quería de verdad era cruel, le parecía extraño que la hubiesen puesto en el papel de Odette, apenas llegaba a la academia, habái estado en otras desde pequeña pero hasta parecía a proposito todo aquello.

Mirelle infló las mejillas y soltó el aire lentamente. Estaba feliz de ser el patito lindo aquel. - Ya has practicado entonces? Crees que podrás? - preguntó con curiosidad mientras tomaba su saco largo y se lo colocaba encima de las mallas. Se sentó a cambiarse lentamente en medio del escenario.

Claro que iba a poder, Lheon había bailado los mil y un ballets y se los sabía a la perfección solo que ahora no quería que nadie lo viera bailar, era un tema personal. El castaño hizo otra larga inspiración y miro a donde estaba su acompañante sin saber en realidad que diablos decirle acerca de todo eso.

- Lo cierto es que no quiero hacerlo, no he bailado para una audiencia desde que murio mi madre hace tres años..- le dijo con franqueza.

Se quitó las balerinas y se puso sus botas cómodas color humo, la castaña fue hacia él y se sentó a su lado. Eso que le decía era algo que no sabía, y lo estaba hablando. - Yo tampoco quiero hacerlo, nisiquiera me gusta Odette, deberíamos hablar con la profesora.. - le dijo, aunque estaba mintiendo, le encantaría poder representar ese papel, pero primero estaba él, desde que había llegado estaba. Le sonrió leve tomando su mano.

- Yo creo que Odette te quedará bien, además no creo, honestamente, que tengas el alma para poder hacer a Odile y sería un desperdicio ponerte esta vez en el corps..- le dijo sin mirarla, extrañamente hoy estaba más conversador que nunca con ella- Yo haré a Siegfried, aunque me parezca un imbécil en realidad..- se encogió de hombros pasándose una toalla por el humedecido cabello, necesitaba una buena ducha cuanto antes.

Elle lo escucho, podria conformarse con estar en el corps seguramente, lo habia hecho muchas veces ya, pero aspiraba a algo màs. - Tendremos que prepararnos entonces.. - le dijo sonriendo, Kath le habìa dicho que debìa subir unos pocos kilos màs, estaba por debajo del peso de las bailarinas.

El castaño le tendió el brazo como para que se tomara de él. Si iban a bailar juntos como pareja tenían que llevarse mejor y ser más unidos. Lheon abrió la puerta y caminó con ella para ir a donde la cocina, ella era demasiado delgada para ser bailarina y si iba a ser su compañera Lheon la haría subir de peso primero.

- Vamos, probarás mis espaguetis con salsa de cuatro quesos..- le djo, Lheon era muy bueno cocinando, lástima que nunca cocinaba para nadie que no fuera él o sus hermanos y demás familia.

Le sorprwendìa la manera en que èl habia cambiado, pero no dijo nada, la castaña tomò su bolso y lo siguiò de su brazo. Hacia mucho mtiempo que no comia comida de verdad, con lo del comedor de alli freferia sus cereales o alguna chucheria antes.

- Eso habra que probarlo.. - le sonriò llegando a la cocina.

Lheon intentó una sonrisa de medio lado para Mirelle pero fue bastante pobre su intento. Al llegar a la cocina el caminó en silencio a donde las alacenas para poder buscar espaguetis allí. Ya sabía donde estaban las ollas y demás. Lheon se quitó el suéter y se quedó solo con una camiseta manga largas blanca y se puso un delantal negro para comenzar a preparar todo.

La castaña entro a la cocina y dejo las cosas sobre una silla, busco un mantel para poner en la mesa y preparar todo para que ambos comieran aquello que èl se preparaba a hacer tarareando Misery en voz muy baja.

Lheon no se daba cuenta pero mientras cocinaba movía las caderas suavemente al ritmo de una melodía que solo sonaba en su mente. El castaño iba y venía buscando crema, manteca y poniendo un poco de sal al agua que se calentaba en una cacerola puesta en la hornalla. Le había dejado de prestar atención a Mirelle mientras pensaba en otras cosas como por ejemplo en su gemelo y Avril quienes se habían reconciliado ayer y que Donnovan estaba algo enojado con él ahora por ello. Pero ¿qué podía hacer? no podía meterse en la pareja.

Mientras el moreno cocinaba ellla ya tenìa preparada la mesa y el olor que aquello comenzaba a desprender le habìa agua la boca, Elle habia salido un momento al escuchar su mòvil, habia atendido a su padre y le habia contado de que pronto harìan la obra, èl le dijo que estaria alli, mirandola desde la primera fila. Habia terminando llorando y diciendo que lo exxtrañaba demasiado, hacia ya un año que no los veia a ellos ni a Juliet, con todo lo del circo y su ida alli.

- ¿Por qué lloras?- preguntó sin tener que mirarla siquiera mientras echaba los fideos a la olla y comenzaba a calentar la salsa de cuatro quesos a fuego muy leve. Lheon se giró para ver a la llorosa castaña y sin decirle nada la jaló a su pecho y la sostuvo allí para que no llorase, no le gustaba que las mujeres llorasen.

Siempre pasaba lo mismo cuando hablaba con su hermoso padre, la dejaba indefensa y sensible al extremo, ella cortó prometiendole cuidarse y abrigarse por la noche si tenía que salir. Al volver a la cocina estaba aún llorosa, parada allí cuando él la tomó sorpesivamente contra su cuerpo. Solo lo abrazó por los hombros, recargando su rostro en su pecho.

No entendía a la gente que lloraba por gente que la amaba y que estaba viva, realmente no podía comprenderlo pero tampoco iba a pelearle aquello a Mirelle porque no le parecía lo correcto. Lheon se quedó en silencio un buen rato allí con ella antes de soltarla al sentir el ruido que estaba haciendo la olla con los fideos.

- Ya casi está listo..- murmuró tranquilo, como el gran porcentaje de los días.