Living - Comedor.

Se sienta en el sillón más grande, bufando demasiado molesto.

Se asoma en la puerta del comedor, sin atreverse a entrar al living. No hace ningún ruido, descalza sobre el piso de madera.

Truena su cuello, demasiado molesto y furioso. Quería lanzar cosas.

Cierra fuerte sus ojos, no puede ir donde él está, simplemente no debe hacerlo por más que quiera. Maldice por dentro cuando las maderas del piso hacen un minimo ruido cuando ella decide volver.

-Claire, ¿qué quieres?- frío, seco y cortante. Molesto.

Suspira antes de contestar, quedandose sin ver a un lado de la puerta. - Que no me hables así, que me perdones, que vuelvas a decirme princesa, que me entiendas.. - Ennumera pausado, sin saber como es que está haciendo para contestarle ello.

-Déjame solo- musita, cerrando sus ojos, sin dejar de lado aquel trato hostil.

- No - Contesta, un momento después. No necesita pensar eso, sabe que no va a dejarlo solo, no tiene fuerza de voluntad para ello.

-Si no quieres discutir, vete- repite, tratando de contener una calma inexistente.

Se aparece allí, y se sienta en la silla frente a él, separados por un pequeño mueble más, por suerte. - Dime, todo lo que tengas que decir - Pide, serena.

-No creo que quieras escucharlo- escupe, sin un dejo de amabilidad en su voz.

- No quiero, pero tengo que hacerlo - No lo mira, solo baja su mirada a cualquier lado para esperar a que empiece.

Toma aire, se encoge de hombros y comienza a hablar. Es muy hiriente cuando quiere, y aquel momento era una de aquellas tantas veces. -Creí en tí, pero solo jugaste conmigo. ¿Con mi primo? No pudiste buscarte otro ser humano que tuviera un pito que no sea mi primo, ¿verdad?- no estaba enojado con Yue, sino con ella porque sabía que era su primo. Él confiaba en la palabra de Yue. -Solo quiero desaparecer y no verte más, por un tiempo largo. Y creo que éste es el mejor momento.- se levanta, "tranquilo". -Espero que seas feliz con quien seas, y que no cagues la vida de Yue- directo, frío y cortante como lo había sido en su discurso hasta el momento. -Yo hablaré con mamá y papá para informarles en dónde estoy. Solo espero que cuides de Bell, que solo hagas eso bien- no iba a soportar mucho sin su pequeña, pero tenía que hacerlo. -Adios- musita, encaminándose a la salida. Iría a su habitación, despacharía a su nueva amiga griega, o quizás se iría con ella a Grecia por un tiempo.

Escucha con atención todas y cada una de sus palabras, con los ojos notablemente humedecidos, pero sin llegar a las lágrimas por su oposición. No quiere ni puede llorar, no sabe desde cuando es tan sensible. Espera a que se vaya, no reacciona practicamente.

Sale de allí, directo a su habitación.

No reacciona todavia, pero cuando lo hace, no necesita pensarlo más. Se va a su habitación, a buscar unas cosas.