Tú, ves lo que ellos nunca ven; me conoces y ya no hay temor

Nada más lindo que un fin de semana con Kyo, ¿no? Estaban en plenas vacaciones, se podría decir, y la mayoría de los estudiantes de TK se habían ido a disfrutar del descanso con sus "parejas" (inclusos esposos/as). Sonaba absurdo todo aquello. ¿Celos? No, para nada; ¿por qué iba a tener celos de la gente que tenía pareja, cuando ella no lo tenía? Se encontraba perfecta en donde estaba, a pesar de unos cuántos deslices que no pudo evitar...Pero parecía que era un mal de familia.
¿Y Kyo? Ella aún continúa sintiendo algo por él, pero Cler le había hecho prometer que no iba a pasar nada, ya que éste no parecía registrarla como "algo más que una amiga". Había pasado un año y algo desde que ella se había confesado, y las cosas no parecieron haber cambiado mucho. Pero allí estaban, disfrutando de un fin de semana de películas, alcohol y fiesta en la academia.

La rubia abrió los ojos por un ruido horrible; era imposible levantarla a esa hora, a las 4 de la madrugada, pero parecía que alguien estaba empeñado en no dejarla dormir. Se incorporó y clavó sus ojos en Kyo, quién estaba sentado en el mismo sillón donde ella se hallaba, despierto. Ash arrugó el sueño, sin poder recordar muchas cosas. Pero sinceramente, ¿cuando podía recordar algo tan fresco después de muchas copas? Lo primero que hizo, fue bajar la fiesta y contemplar su vestimienta; traía un fino camisón, que dejaba ver su encaje. Pero no se preocupó, porque al menos estaba vestida.

Y Claro, ella se quedó dormida, borracha, justo cuando la mini fiesta se ponía buena. Justo cuando empezaba a sentirse "feliz" después de chupar como una condenada esponja, sin filtro alguno. Peor aún, justo cuando ese juego de admitir verdades llegaba al punto donde te enteras de cosas graves pero interesantes y con las que él suele molestar más tarde.

La mira desde donde está con el ceño fruncido y una botella de ron en su mano. Bebe de ella como si se tratara de gaseosa, sin quitarle la vista de encima. Estaba realmente molesto con ella por quedarse dormida en el peak de la jornada.

Su amistad no se veía afectada en nada. Realmente era como si no pasara nada entre ellos. Él simplemente prefería hacer como si nada hubiese pasado entre ellos, como si ella jamás se hubiese confesado. Todo era mejor así.

-¿Culpable?.-dice mordiéndose el labio inferior, haciendo una pequeña mueca. Odiaba quedarse dormida, y más con Kyo, porque éste le hacía pagar el error. Debía admitir que le encantaba la amistad que tenían, y sus ojos y su sonrisa dejaban ver lo que sentía por su mejor amigo. Era un amor extraño, pero él era importante para ella y jamás lo dejaría ir, aunque aquello significase buscarse un novio que no empezara con K y terminara con "yo".

Se recuesta nuevamente, pero dejando caer la cabeza sobre las piernas cruzadas de Eternalfire. Muchos estudiantes habían pasado de pensar que estaban enamorados, a decir que Ash lo buscaba y Kyo no le daba ni la hora, a terminar creyendo que eran amigos con derechos. Claro, eso lo pensaban quienes no los conocían. Ambos iban a bares y fiestas juntos, y se iban por separado, pero acompañados. Prácticamente, re sabía la vida de su amigo.
Juega con mechones de su cabello, sin dejar de ver a Kyo; quiere escuchar que tiene que decir, porque esas miradas suyas siempre daban pie a algo.

¿Que te sientes culpable?. Deberías estarlo .- la corrige, jodido sin importar que, definitivamente el no perdía el don. Aún así no doblega su actitud con ella. Sigue con la mirada seria y bebiendo de la botella de ron como si no tuviera hígado o como si fuera el hijo perdido de Jack Sparrow.

La mira recostarse encima de sus piernas, más bien la sigue con la mirada como si estuviera mirando cada movimiento de quien es su enemigo. Realmente está exagerando, pero con él no se sabe si es enserio o sólo es un plan malévolo para joderte la vida un par de horas.

¿Que tanto me miras, Kaulitz?¿ Tengo un grano o que?.- murmura arrastrando las palabras al pronunciar su apellido. La está haciendo pagar caro por dejarlo hablando sólo.

Lo odiaba. ¿Lo había dicho? ¿No? Bueno, en síntesis era eso: lo odiaba. El muy hijo de puta la jodía de mil maneras, y ella siempre caía en sus trampas. Ashley sabía cuándo y cuándo no él iba a lanzar una de sus tantas bombas anti-simpatía, y se preparaba mentalmente para no caer en sus trampas; pero tarde o temprano caía. ¿Por qué? Porque la rubia jamás de los jamases sabía cuando Kyo se enojaba en broma o de verdad. Y no se arriesgaría.

-Tienes algo en la cara...desde que naciste, si no me falla la memoria.-dice traviesa, sonriendo niña. No, no iba a caer ésa vez...¿Verdad? Hace pucheros por dentro, sin saber si seguirle la joda y pedirle disculpas. Como decía antes: le odiaba.

Como todo Eternalfire tenía esa habilidad nata para actuar. Su rostro era "nada", no expresiones, no nada. Ya fuera que de verdad estuviera enojado o no, realmente no se sabía. Casi, casi, sentía un poquito de lástima por Ashley, pero no demasiada. Probablemente el también estaría al borde de arrancarse el pelo si alguien le hiciera eso, pero como es al revés...

Se llama hermosura .- le contesta, demadiado hábil con las respuestas, "Demasiado".- Deberías estar acostumbrada .- prosigue jodiéndola, tomando el último sorbo de la botella, dejandola vacía sobre el suelo.

-¿Entonces que será horrible para tí, no?.-masculla, seria, con capricho. Está a punto de rogarle que la perdone, y que deje de hablarle así. Pero no puede, porque no sería ser una Kaulitz después de todo. Frunce los labios, abriendo la boca para decir algo, pero cerrándola al segundo.

Gira sobre si misma, quedando de costado, apoyando la espalda contra el respaldo del sillón. No miraba a Kyo, porque si lo miraba, caía y terminaba pidiéndole disculpas. Así que no lo miraba, clavando sus ojos en la pared sin dejar su mechón en paz. El señor Eternalfire tenía mil maneras de torturar a las personas, pero esperaba que él se rindiera, y dejara de ser tan...Kyo.

¿Rendirse, él?. Defintivamente tenía que estar de joda. Kyo jamás cedía y ese era uno de los modales de mierda que había adquirido de su padre. Aunque estuviera plenamente equivocado.

La ve girarse para escapar de su mirada y sonríe de costado cuando ella ya no lo puede ver. Realmente es un cruel, no tenía límites. Aunque de verdad esta molesto, pero no tanto como se lo hace saber. Sólo quiere recuperar el tiempo perdido en que tuvo que fumarse casi toda la cajetilla de cigarrillos viendo el cable.

No me hasgas responder a esa pregunta .- contesta, rebuscando en su cajetilla por si es que le quedaba un último y solitario cigarro para matar. Tiene la necesidad de seguir con toda esa charada un rato más.

-Blah blah blah....-masculla siendo más niña que nunca, repitiendo lo que Kyo dijo antes de hacerle burla. Podía pegarle y mandarlo a la china, por no ser grosera, o bien torturarlo. O ambas; pero cabía aclarar que la mayoría de las cosas que podía hacer para torturar a Kyo, (sacando claramente el quitarle sus cigarros y bebida, instrumento y demás) no eran aptas para chicos...Y ni Kyo podía estar a la altura de sus torturas.

Con la mano libre, busca una de las piernas de Eternalfire y corre el final del pantalón, lo suficiente para entrar los dedos. Solo tarda segundos en rozar los pelitos de su pierna y tomar algunos entre sus dedos. Juraba que tiraría de ellos fuerte, y le dolería; a Will siempre lo sacaba cuando Ash hacía eso.

Esa chica era cruel, mala de adentro. Se notaba que era su amiga, definitivamente, que se habían críado juntos.

Odiaba siempre tener esa jodida e irracional consideración con las mujeres solo por ser mujeres, siempre tenía que ceder y autocontrolarse. Era como un jodido mandato de la naturaleza que hasta su padre cumplía, por extrañas razones.

Aprieta los ojos lanzando un suspiro sonoro, dejandola ganar solo por esa jodida razón mágica o como le llamen. Ventaja, prefería decirle él. Solo por que él no podía responderle con daño fisico.

Se revolvió nuevamente sobre las piernas de Kyo, quedando cara arriba. La sonrisa ladina en su rostro, y su mirada de ego, no necesitaban explicación alguna. Ganarle a Kyo era todo un reto, pero no por eso era algo imposible.

-¿Ahora ya dejo de ser culpable?.-pregunta con su tono más inocente, exagerando demasiado en su papel de niña pequeña. Pero distraer a Kyo de todo, en especial de Mar, era su tarea. Estiró su mano y despeinó al Eternalfire, sabiendo por demás que era algo que le jodía.

Se notaba desde lejos lo mal que estaba Kyo con la pelea que había tenido con Marlene; llevaban largos meses sin hablarse, sin dirigirse la palabra, y ésto afectaba mucho a su mejor amigo. Y Ash no sabía que papel tenía en todo ésto, ya que siempre iba cambiando: podía continuar enamorada de él y salir nuevamente dañada, ayudarlo a olvidar a Mar con cualquier cosa, o ayudarlo a recuperarla. Cualquiera de las 3 opciones, las implementaba todos los días, en especial las últimas dos. ¿Why? Porque Ash ponía la felicidad de sus amigos, antes que la de ella.

No, solo voy a dejar de joderte por que mi integridad física corre peligro .- Aclara sacandole la mano de allí solo por precaución a replesalías, que de seguro habría de todas maneras por que con Kyo nadie se retenía ni quedaba con las ganas de hacerlo pagar por todas las suyas. Otra especie de mandato divino.

Toma la botella de alcohol nuevamente y bebe otro largo sorbo, pasandolo como si fuese agua saborizada. Su mirada se pierde esta vez, tan solo por un instante, pero un instante que dejaba ver un minimo de su interior en sus ojos. Extrañaba horrores a la Scott.

Deja de beber y la mira de nuevo con una sonrisa ladeada, como si nada estuviera pasándole.- Tienes cigarrillos? De marihuana sería ideal, pero si sólo tienes tabaco esta bien ...- murmura gamberro, extremadamente buen actor. Le urge un fumarse algo solo apra distraerse un tanto más.

-Claro, claro...Es mucho pero muchísimo más fácil decir "me rindo", que creer que perdiste por razones de integridad física.-dice Ash en una gran sonrisa ladeada.

La pequeña Kaulitz juega con el dobladillo de su camisón, levantandolo a cada rato, sin importarle, sinceramente, si su mejor amigo la veía en ropa interior. Es decir, ¿cuándo no la había visto así? Pasaban demasiado tiempo juntos, desde niños prácticamente.

¿Sabes qué, Kyo?.-pregunta de repente, algo seria, pasando por alto la pregunta que le había hecho éste.- Por más que fumes marihuana, o te bajes 20 botellas de alcohol por día, no superarás a Marlene.-dice su nombre de manera clara, y sabía que le dolería, pero ella siempre había sido sincera con él.-¿Por qué no salimos, y conoces otras personas, si lo que quieres es olvidarla? El cagarte la salud no te hará mejor.-explica, algo arrepentida por haber sido tan sincera.

Ve como ella juega con su camisón, mostrando más de lo que debería. Por alguna razón le da lo mismo y no esta como hyena hambrienta a que ella lo suba más. Da otro largo sorbo de ron, acabando con lo que queda en la botella. Ahora tendría que levantarse a buscar más.

Escucha lo que ella le dice antes de pararse y sonrie de costado apenas, como si le ahblaran de algo que le parece tonto o obvio.

Yo no quiero olvidarla. Lo que quiero es disfrutar de mis vacaciones en paz .- Y con eso quiere decir que quiere que su corazón deje de doler cada vez que recuerda a esa cabellera platinada. Además era él, Kyo, el tenía métodos no convencionales para dejar de recordar cosas, para hacerse el tonto.

Se reincorporó y apoyó su espalda contra el respaldo del sillón. La rubia le sostuvo la mirada por unos segundos, antes de abrir la boca y darle un gran sermón.

-Oh, sí, claro. "Disfrutar de mis vacaciones en paz".-repite, más en voz alta que para sí misma.-No disfrutarás nada de tus vacaciones estando en un estado de coma dentro de un maldito hospital.-masculla, algo enojada. Había visto a su mejor amigo en situaciones parecidas millones de veces, pero nunca había llegado a tal extremo; Ashley no entendía como mierda había dejado que pasara eso. Una cosa era ayudarlo en lo que el quisiera, y otra cosa era darle pié a que se hiciera mierda la salud.

Oh, Oh... Él ya conocía esa expresión de la rubia. Era igual a la de su mamá y un par de personas más cuando están a punto de decírle que es un idiota de tomo y lomo, y justo después se gana un sermón de aquellos. Suspira con una mueca en el rostro mientras desvía la mirada. A mamarse el regaño se ha dicho!.

Escucha cada palabra en silencio con los ojos casi blancos, aburrido de que lo traten como imbecil. Igualmente no dice nada. Aunque no hay que malinterpretar, él está escuchando, mas no significa que haga caso luego. La jodida rebeldía que lleva por estilo de vida no le permite hacer eso.

Le pone el índice en los labios para callarla antes de que diga algo más y luego le sonríe de costado, gamberro.- Deberías vivir la vida un día, "galletita". Se te va a ir el tren y te vas a arrepentir luego...- murmura a sabiendas de que seguramente recibira un golpe o algo por estilo.

Las expresiones en el rostro de Kyo habían acertado: sí iba a recibir un golpe. No que Ash fuera muy fuerte, pero un puñetazo en el estómago era lo justo. ¿Así que ahora ella no vivía la vida? Había una larga diferencia entre disfrutar la vida y estropearla. No no, mejor dicho...

-HAY una enorme diferencia entre el hecho de solo disfrutar la vida, y el hacer hasta lo imposible por estropearla, Kyo.-vuelve a sermonearle. Con ésas típicas peleas y sermones, no entendía como podían ser mejores amigos desde que tenía memoria.-Todos sufrimos mal de amores-un buen ejemplo: ella; había terminado en el hospital luego de unos días de haberse confesado con su mejor amigo.- pero eso no significa que tenemos que tapar el agujero con más dolor.-explica, y cambia enseguida de tema. Ni quiere hacerle acordar aquel evento tan desastroso a Kyo.-No te estoy diciendo que no sigas asi como estás, porque esta MAS que claro que harás lo que se te cante...Pero sé consciente que así no la volverás a tener. Los rumores corren rápido en la academia.-le recuerda, con su tono cantarín.

El golpe de Ashley no le hace ni cosquillas pero se lo esperaba. Bufa al sentir su mano alejarse nuevamente y la mira a los ojos para seguir mamandose el resto de aquella conversación sin sentido para él. Por que estaba claro que todo le entraba por un oído y le salía por el otro, incapaz de retener información que no tenga la palabra "diversión" en ella. En el buen sentido claramente, el de la juerga.

Llevo años de entrenamiento en resistencia etílica y drogas duras, mi querida Galleta. Con un porro no voy a morir.- Le recuerda mientras ella sigue hablando, en murmullo, solo para que tenga en cuenta.

Todo su plan de escucharla y luego hacer lo que se le venga en gana iba viento en popa hasta que escuchó lo último.
¿Qué rumores? .- alza una ceja, sin mirarla ahora. ¡Acaso Marlene ya lo había olvidado y ya tenía novio nuevo?, ó era que ella había dejado de quererlo. Cualquiera de las dos opciones le venía como patada en el estómago, de las dolorosas y no de las de Ashley.

¿Qué iba a decir Ash, de todos los rumores que escuchaba? Ella no podía mentir, porque a pesar de ser una de las mejores actrices de toda la academia Thomas Kaulitz, Kyo Eternalfire la conocía mejor que nadie...Y cómo había dicho una vez él: la mirada de la pequeña rubia no podía engañar, porque era fácil de leer.

-Nada, no me hagas caso.-dice directa.-La cosa aquí es que NO llames mucho la atención, ¿de acuerdo Kyo? Te puedo asegurar que una chica jamás volverá con su ex si éste anda fumándose 3 atados de cigarrillo por día, bebiéndose hasta la vida y ni hablar de la marihuana...-admite; era molesta, sí, pero era completamente sincera con sus amigos. Y ella en serio quería que Kyo estuviera bien, y recuperara a Maar.

Exactamente por eso es que me puse de novio con Mar, por que ella no es "cualquier" chica.- murmura sin atisbo de querer entrar en razón en lo absoluto, testarudo, Eternalfire.

Ella debía de reconocerle eso al menos. Mar estaba "casi" al nivel de Kyo, si no, él jamás hubiera pensado en la idea de tener novia, por ningun motivo. Ahora bien, ella realmente escaparía de verle tan jodidamente deprimente cuando esta botado por allí sin conciencia. Pero como aún no lo ha visto, él no cambiaráde opinión.

Abre la boca para decirle algo, pero no lo hace. Esperaba que Kyo estuviera en lo cierto, y Mar volviera a él, sin regañarlo...Aunque si lo hacía, no estaría nada mal que lo regañe.

-Estuve huyendo de mamá y Kurt desde el año pasado.-dice de repente, cambiando el tema olímpicamente. No le serviría de nada seguir hablando de Mar, porque Kyo se pondría un tanto peor, y aparte porque no tenía nada más que decirle...o no quería.-Ninguno de los dos...o cuatro-contaba a Ellie y a Charles en todo eso- sabe de los bebés.-Aquella palabra le seguía sonando muy rara.-¿Crees que debo decirles?.-pregunta clavando sus claros ojos en el moreno. Pocos lo sabían, y ella prefería que quedara así.

Interpreta su silencio como una victoria más. Su pecho se infla apenas y una sonrisa gamberra se asoma. Hasta que ella pronuncia la palabra mágica. ¿Hace cuantos miles de años que ella no hablaba de sus hijos?. Esto se estaba tornando interesante.

Verás, mi querida Kaulitz. Yo no soy la mejor opción para pedir opinión acerca de hijos...- le recuerda, lo más sutil que puede. - Oculte a Sonyboy de mi familia dos años, recuerdas?.- hace una pequeña mueca, apoyando su nuca en el respaldo mullido del sofá.

Pero quizás si lo era. Quizás él si era una buena opción para preguntar. Después de todo, sabía del tema, principalmente por que era el primero de la generación en tener hijo y todo lo que conlleva ser padre adolescente.

-Pero tú eres Kyo.-dice sin más. Él y Ashley podían ser muy parecidos en muchas cosas, y diferentes en otras, como en el caso de sus respectivos hijos.-No puedo creer que esté todavía en éste estado.

Baja la cabeza, sonrojada, más que avergonzada. No sabía quién era el padre biológico, ni si sus hijos habían sido adoptados o no, ni si ambos seguían vivos, ya que la niña había traído serios problemas al nacer. Lo único que sí sabía Ash, y que se lo acordaba a la perfección, era que había dado a luz a ambos niños, y ni bien había terminado el reposo, abandonó el hospital. ¿En qué clase de mujer se estaba convirtiendo?
Hace 5 meses que habían nacido los bebés, hace 5 meses que no los nombraba, hace 5 meses que no era la misma rubia Kaulitz que se cuidaba, hace 5 meses que decía que no se preocupaba o que no le importaba lo que era la vida de sus hijos...Hace 5 meses que los negaba y no se lo había admitido a nadie. Los únicos que sabían eran unos pocos amigos, y nadie más.

Galleta ...- murmura ahora con la mirada algo seria, dejándo toda broma de lado. Ese tema era algo complicado para Kyo, su talón de aquiles sin duda.- Si planeas no decirles jamás, a quien sea, esta bien...- Susurra, rascandose la cabeza.- Pero, creo que nadie puede guardarse eso demasiado tiempo.

Lo que más temía de decirle a Kyra y a Koda, no era que me regañaran por lo irresponsable que fuí por no cuidarme y toda esa mierda. Lo que temía era que no lo quisiesen, que lo negasen sólo por ser un error.- Un error que apra él, era el más hermoso de todos.

Pero, no es lo mismo contigo...- le recuerda fortaleciendo su rostro frente a ella, pero sin mirarla.- ¿A que le temes tú? .- pregunta y esta vez dirige la mirada hacia ella, a sus ojos azules.



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-¿Está mal que los niegue?-pregunta cuando Kyo termina de decir lo primero.-Es decir...¿está mal que no los admita, que no los reconozca?-La rubia se atropellaba sola con sus palabras y pregunta. Una parte de ella dudaba en si Kyo era la persona correcta para preguntarle o para hablar de aquel tema; pero la otra parte del tema le respondía que estaba más que correcto.

Se recuesta en todo el sillón, el más grande de la sala; todo como si fuera una terapia, o algo así. Debía admitir que Kyo había representado el papel de terapeuta más de unas 100 veces.

-Yo sé que mamá pasó lo mismo con Will y conmigo.-comenzó a explicar, intentando encontrar las palabras correctas para expresarse.- Pero ella nunca pensó en el aborto; ni siquiera se le pasó por la cabeza. ¿Y yo? Pensé en esa salida fácil muchas veces.-sus ojos se tornaron cristalinos, pero era algo común ésos últimos meses cuando se trataba de el tema de sus hijos. Ella jamás se olvidaba de ellos, y lloraba cuando encontraba un tiempo sola. -Yo no tengo miedo de que no los quieran, porque lo harán...Pero ya el pensar el qué dirán de mí por haber pasado por todo esto...No podré soportarlo.-A muy duras penas, aquello era una gran confesión.